El peluquín de Nicolas Cage

Nicholas Kim Coppola (7 de enero de 1964; Long Beach, California), más conocido como Nicholas Cage, es un actor estadounidense ganador de los premios Óscar, Globo de Oro y SAG. Posiblemente conozcáis a sus familiares más conocidos como sus tíos Francis Ford Coppola, Talia Shire, su prima Sofía Coppola y su abuelo Carmine Coppola.

Decidió que su apellido artístico fuera Cage, en honor al personaje Luke Cage, alias Powerman, de Marvel para evitar que la fama de su tío marcara su carrera. Hasta ahí bien. Me parece correcto que quisiese labrarse un nombre en el cine por sí mismo sin aprovecharse del apellido familiar. Sin embargo, en los últimos diez años ha ocurrido un fenómeno que puede ser casualidad o no, pero el caso es que desde que ha ido perdiendo cada vez más pelo, más ridículas son las pelucas que se pone en la películas que interpreta a la vez que elige cada vez peores papeles. También en algunos casos él mismo se encarga de hacer las películas insufribles.

Salvando en 2010 "Kick-Ass: Listo para machacar", el resto de películas son para olvidar como por ejemplo: Furia ciega (2011), Bajo amenaza (2011), El pacto (2011), En tiempo de brujas (2011), El aprendiz de brujo (2010), Bangkok Dangerous (2008), Ghost Rider. El motorista fantasma (2007), Wicker Man (2006) y así un largo etc. No se hasta cuándo piensa vivir de la renta de su Oscar por Leaving Las Vegas (1995) pero el crédito no da para más. Pienso sinceramente que cuando mande a la mierda sus complejos su carrera remontará para bien.

Nicolas Cage dio una vez en Londres una muestra de lo presumido que es, al prohibir que los periodistas miraran a sus más que incipientes entradas durante una entrevista para promocionar su filme Bangkok dangerous. Antes de entrar en la sala donde debía hacerse la rueda de prensa, los asistentes del actor advirtieron por escrito a los periodistas de que cualquier mirada subrepticia por encima de la frente de Cage significaría la inmediata suspensión de su pregunta.

El aviso fue recibido primero con incredulidad y luego desató una irónica indignación porque la exigencia recordaba a los emperadores orientales que prohibían a sus súbditos mirarles a la cara.

Al parecer, contrató a un peluquero que lo acompaña permanentemente y se ocupa de que su pelo luzca con más volumen. El diario sensacionalista británico comentaba que junto con su cabello el actor parece estar perdiendo también el sentido del humor.

Para que veáis la evolución de la cabellera de Cage lo mejor es este vídeo que lo muestra estupendamente.

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