“Nada que declarar”: Dany Boon de la frontera

En “Nada que declarar” (ver tráiler), el detonante de la comedia es la creación de la Eurozona. El 1 de enero de 1993, Europa se dispone a dar un paso más hacia la unificación. Esto, que evidentemente es visto con buenos ojos por muchos europeos, supone poco menos que una hecatombe para Ruben Vandervoorde (Benoît Poelvoorde), agente de aduanas belga que prosigue la tradición francófoba de su familia. La desgracia para Vandervoorde es mayor si cabe cuando recibe la noticia de que inaugurará la primera brigada móvil franco-belga. Ahí es donde entra Mathias Ducatel (Dany Boon), un francés que tiene toda la hostilidad de su nuevo compañero y que además está secretamente enamorado de la hermana de este. La improbable pareja deberá limar asperezas mientras peina las carreteras rurales con un Renault 4L al borde del desguace.

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El verdadero protagonista del proyecto es Dany Boon, uno de los personajes más conocidos de la cultura francesa, pero todavía alguien casi desconocido para muchos españoles. Boon es uno de los cómicos más célebres del país vecino, un referente que además se caracteriza por su carácter polifacético. Este francés nacido en Armentières —norte de Francia— en 1966, comenzó a rondar los cafés-teatro a la edad de 19, para marchar más tarde a París y desempeñar sus sketches en las calles de la capital. Allí continuó su labor de monologuista y trabajó para un estudio de animación, hasta que en 1993 conoció su primer gran éxito en el festival Performance d’acteurs en Cannes, al que seguirían premios varios en otros certámenes. En el festival de Rochefort, en Bélgica, conoció a Patrick Sébastien, quien se convertiría en su productor.

Noticia via labutaca.net

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