Crítica de "¡Qué dilema!" una comedia que juega a ser graciosa

Una vez más Vince Vaughn en una comedia, género en el que insiste una y otra vez sin darse cuenta de que no es gracioso. Estoy convencido que tiene un manager tan bueno que no se lo merece consiguiéndole un trabajo tras otro. No es que lo haga mal del todo pero no tiene el talento o el carisma necesario para ser protagonista de ningún film, que al igual que Kevin James me valen como secundarios de lujo, con los que te ríes una o dos veces pero que se estrellan irremediablemente contra la sombra del estrellato. James estuvo magnífico en "Hitch" pero luego lo ves películas como "Paul Blart: Superpoli de centro comercial" y te entran ganas de salir corriendo o de echarte una siesta, depende del caso.

La historia trama sobre la amistad, la lealtad y el dilema entre cumplir el sueño americano o ser un buen amigo. Te hace pasar un rato más o menos ameno en el que te puedes reír dos o tres veces y me quedo sin duda con el personaje de los tatuajes que aunque aparece 3 o 4 minutos a lo sumo fue lo mejor de largo de esta película. Tal vez mi opinión mejorara si le quitamos media hora de las dos horas que dura y si se le diera más importancia a los actores secundarios en vez de Vaughn. Tal vez sea un humor desternillante al estilo yanki y yo no lo capto, pero para mi una comedia es otra cosa.

Le doy un 4/10.

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