En esta comedia Adam Sandler es protagonista por partida doble en una cinta que trata sobre la visita anual de su hermana gemela con la que tiene tan buena relación como el agua y el aceite.
Jack (Adam Sandler) es un padre de familia que tiene que afrontar un arduo problema: la llegada por Navidad de su odiada hermana Jill. Por si fuera poco, lo que, en principio, iba a ser una visita de pocos días, se alarga más de lo previsto, lo que obliga a Jack y Jill a intentar limar asperezas.
El guión es infumable y no tiene gracia ningún momento. Pensaba que el síndrome de Eddie Murphy había pasado a la historia o que por lo menos no se podía empeorar, pero me equivoqué. Se suceden los gags uno tras otro sin que rompa de verdad ni asome un ápice una leve sonrisa. Incluso había gente que abandonó la sala del cine. No les culpo la verdad. No ayuda que la actriz que interprete a la mujer del protagonista sea Katie Holmes, definitivamente desauciada para papeles serios o dignos. También están los cameos de Jhonny Depp y Santiago Segura (por cierto, en la versión americana del film sus planos han sido cortados).
Lo realmente sorprendente de la cinta es la aparición de un irreconocible Al Pacino, no como actor que siempre lo hace bien sino por aceptar este papel como secundario. No se cuánto dinero le han pagado pero se ve que mucho. ¡Qué manera más vergonzosa de maltratar a un mito del cine! Hubiera sido más humano quemarse a lo bonzo en el paseo de la fama que ser víctima del patetismo creado por Sandler.
ÁNGEL CASTILLO MARCOS
Lo de "peotegonista" ha sido muy apropiado. Sandler lo ha hecho como el culo.
ResponderEliminarJajaja, ha sido el subconsciente. Ya lo he corregido. Un abrazo.
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