LUCES ROJAS - CRÍTICA

Gracias a trabajos con éste, Rodrigo Cortés hace que el cine español suba de nivel y eso quiere decir que en cierta manera nos devuelve la confianza en que hay buenas ideas que se tienen que apoyar con los recursos necesarios.

Esta película es de un estilo semejante entre las buenas películas de Shyamalan y las de Brian De Palma de   los años setenta-ochenta. Seguramente si en vez de Cortés en los títulos de crédito estuviese alguno de los dos directores citados anteriormente la película tendría un repercusión exponencialmente mayor.

El guión de esta película está ideado y trabajado desde hace bastante tiempo, incluso antes de rodar Buried cosa que puede confirmar su amigo Eugenio Mira (Agnosia, The Birthday), también cineasta y que curiosamente interpreta a Robert De Niro 30 años más joven en esta cinta. Envió una pueba desde Tailandia, que pasó un primer casting, y un segundo... hasta obtener la aprobación del mismísimo De Niro.

Con este thriller nos adentramos en el mundo de lo paranormal siendo muy interesante que nos den diferentes puntos de vista como el científico, escéptico, representado por una pareja de científicos dedicados a desenmascarar posibles sucesos paranormales y un enfoque cercano a la paraciencia, cuando estos científicos son retados por un psíquico cuyos posibles trucos son imposibles de desenmascarar.

A lo largo de toda la película Rodrigo Cortés hace una exposición cuidada de todo lo aprendido y no se esconde de plasmar sus influencias como puede el ambiente enrarecido del universo Cronenberg, los personajes oscuros, la tensión, la imaginación de lo malvado que existe en todas las personas, la dualidad, la confusión, la rigidez y la flexibilidad. El divertido juego de manipular a la audiencia. La frustración. Que adivinar el final no sea tan fácil o evidente como pueda parecer. Hace un cine inteligente, sin fisuras, en el que no puedes dejar de prestar atención anclado en tu butaca. Un cine notable que merece un 7,5.

ÁNGEL CASTILLO MARCOS

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