"Infiltrados en clase" - crítica

Escrito por Ángel Castillo Marcos | twitter: acastillomarcos
"Infiltrados en clase" es una comedia co-dirigida por Philip Lord y Chris Miller, dedicados en los últimos tiempos a proyectos de animación como "El gato con botas" o "Lluvia de albóndigas". Tanto Columbia Pictures como Metro-Goldwyn-Mayer han apostado por asignar este proyecto a una pareja especializada en dar dinamismo a las escenas de acción sin que haya un minuto de respiro. Esto trasladado a la comedia gamberra que podemos ver en esta cinta, dan un resultado más que aceptable superando a las últimas producciones del mismo género.

La película empieza con la archiconocida y estereotipada jerarquía de instituto de finales de los ochenta en la que los jugadores de football (americano, al nuestro lo llaman soccer) y las animadoras, son los "reyes del mambo" y deciden quien "vive" y quien "muere" en los cuatro años previos a la etapa universitaria. Por otro lado están los marginados, empollones, raros (hoy llamados "frikis") y demás elementos sociales que tienen una diana pintada en la cara, estigmatizados sin remedio.

Dicen que el tiempo lo cura todo, pone a todo el mundo en su lugar y la vida es posible que te de una segunda oportunidad. Lo malo es que el destino es caprichoso o con un dudoso sentido del humor, según se mire. Los protagonistas son polos opuestos que por circunstancias tienen que trabajar juntos para salir adelante. No se puede evitar advertir que es la adaptación cinematográfica en clave de comedia de "Jóvenes policías", una serie televisiva de los 80 protagonizada por Johnny Depp, que por cierto, tiene un cameo en el film.

La conexión Jonah Hill-Channing Tatum funciona funciona de principio a fin, cosa rara en estos tiempos. De Hill ya sabía que estos "fregaos" le van como anillo al dedo pero Tatum sorprende para bien. Se les ve con las ganas, la actitud y el buen rollo necesarios para sacar este proyecto adelante dejando una impronta de calidad. Esta cinta sobrevive a los trailers que aun viéndolos, te consiguen arrancar más de una sonrisa. Lo recomendable es verla sin ninguna idea preconcebida porque así es más divertida aún. Me parece inteligente el planteamiento del problema del salto generacional y la asignación de los roles. Desternillante también el momento del Cristo coreano, que no tiene desperdicio.

Se esperaba que fuera una comedia más y es mejor película de lo que parece. Va a gustar a los adolescentes por las escenas de humor descerebrado y salvaje y a los treintañeros por revivir los viejos tiempos y sentirse identificados en cierta manera con los protagonistas.

Valoración: 6,5/10.

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