"Ice Age 4: La formación de los continentes" - Crítica


"Ice Age 4: La formación de los continentes" es una película dirigida por directores con experiencia en la saga como son Steve Martino y Mike Thurmeier y producida por Blue Sky Studios que esta vez ha tenido que embarcarse en esta aventura sin la ayuda de Twentieth Century Fox o de Fox Animation Studios.

En esta ocasión Scrat, con su afán e incansable adicción a las bellotas, produce una serie de incidentes que provoca un cataclismo continental de dimensiones épicas, que afectarán de forma irremediable a la pandilla protagonista formada por Sid, Manny y Diego. Rápidamente vamos a poder ver que la trama principal se divide en varias partes que se van alternando, como son la historia de Sid, el sable y el mamut Manny. La más divertida es sin duda la del perezoso y sus conflictos familiares y la más floja e incluso prescindible es la de la hija de Manny y sus problemas de adolescente de instituto americano.

A las habituales apariciones de Scrat que siempre son la nota más llamativa de humor durante toda la saga, le ha salido un duro competidor, que es ni más ni menos que la abuela de Sid. Aunque parte de los clichés habituales de las personas de la tercera edad, es imposible refrenar las carcajadas de un personaje tan pintoresco. Sólo con la aparición de la abuela perezosa ya merece la pena ver esta cuarta entrega.

La cinta está llenas de guiños a míticas películas como "Bravehart" con la pintura de la cara de los roedores, "Star Wars" con la representación de Sid com C3PO ante los ewoks, la evidente semejanza con "Piratas del Caribe", alguna escena tipo "Matrix" e incluso Scrat se atreve a emular al Batman de Chistopher Nolan. También hace referencia a la mitología como la Odisea de Ulises y las sirenas o con la Atlántica.

Aunque es difícil alcanzar la frescura de la primera entrega de la saga, hay que decir que "Ice Age 4: La formación de los continentes" por lo menos es la segunda mejor. Hay que ser conscientes del tipo de producto que es y si no entras en la sala de cine con el propósito de despellejarla al menor indicio de flaqueza, es una película recomendable para pasar un rato divertido con un humor fresco, perfecto para afrontar el verano.

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