"Los Pelayos" - Crítica

Escrito por Ángel Castillo Marcos | twitter: acastillomarcos

Los Pelayos en una película basada en la historia real de la familia del mismo nombre que puso en jaque a los casinos de todo el mundo, consiguiendo en que en más de cincuenta de ellos vetasen su entrada. Con el juego en los casinos como telón de fondo la historia se presenta como la lucha por la consecución de un sueño, el sueño de Gonzalo Pelayo (Lluís Homar) de encontrar un método, una fórmula con la que ganar a la ruleta de manera lícita. Ante la imposibilidad de conseguirlo sólo, pide ayuda a su hijo Iván (Daniel Brühl) para que a su vez convenza al resto de la familia. De esta manera va entrando en la historia el resto del cuidado reparto que sin grandes estrellas consigue un grupo bastante compensado con veteranos de oficio como Vicente Romero o Eduard Fernández y jóvenes promesas como Blanca Suárez, Marina Salas y Miguel Ángel Silvestre.

El director Eduard Cortés ("Ingrid",2009) hace un trabajo inteligente al entender que el peso de la actuación debía recaer de manera compensada en la interpretación coral y no otorgarle un protagonismo absoluto a Homar o Brühl. Tanto en la forma de introducir la historia y los personajes, como algunos movimientos de cámara, me recuerdan en cierta manera a "Ocean eleven", salvando las distancias, quedando bastante logrado. De esta manera descubrimos a un histriónico Miguel Ángel Silvestre haciendo tándem con Oriol Vila, comedido y reflexivo, una Blanca Suárez algo desdibujada y apática (mucho mejor en "Miel de naranjas"), a Vicente Romero que para mi es uno de los mejores actores españoles y que no tiene el reconocimiento que se merece este monstruo de la interpretación y a la incalificable Hui Chi Chiu.

Ver actuar a Luis Homar es como paladear un viejo whiskey escocés Balblair de 1989. Envejecido en roble americano, destaca por su gran cuerpo y su enorme suavidad. Así es Homar, sin que te des cuenta, con su forma suave y pausada de hablar, ya se ha llevado a su terreno al espectador sin que se de cuenta. Daniel Brühl es muy buen actor, joven y con potencial de estrella que ya avisaba con títulos como Good bye, Lenin! en 2003 o Salvador (Puig Antich) en 2006 y que vimos confirmado cuando Tarantino lo eligió para interpretar a Fredrick Zoller en "Malditos bastardos" en 2009.

La película está bien contada y con un ritmo aceptable aunque se le podría haber sacado mucho más provecho ya que muestra sus cartas demasiado pronto. La ambientación del casino me resulta pobre a pesar de haberse rodado en gran parte en el Casino de Mallorca. No lucía nada, no se aprovechaba el espacio y se parecía más a la timba clandestina de la serie Mad Men que la imagen de casino de la saga Ocean. Un final previsible aunque correcto cierra una película que tiene una primera media hora espectacular y que luego se va desinflando poco a poco haciendo perder el interés al espectador. Tal vez en manos de otro director como  Alberto Rodríguez el resultado hubiera sido diferente. Aun así es una película que se disfruta y hace pasar una hora y media bastante entretenida.

Valoración 6/10.

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