Vacaciones en el infierno ("Get the Gringo: How I Spent My Summer Vacation") - crítica

Escrito por Ángel Castillo Marcos | twitter: @acastillomarcos

Driver es un tipo que ha tenido un mal día. Se había hecho con un botín de millones de dólares que le habrían proporcionado un retiro y unas vacaciones de verano memorables. Pero durante una persecución automovilística a toda velocidad con la policía de la frontera y un cuerpo sangrando en el asiento trasero, Driver vuelca el coche y lo estampa contra el muro fronterizo para terminar cabeza abajo en México. Capturado por las autoridades mexicanas, le envían a una cárcel de mala muerte, donde se adentrará en el peligroso mundo de El Pueblito. No lo tendrá fácil para sobrevivir un forastero como él, a menos que sea con la ayuda de alguien que sepa de qué cabo tirar en cada momento: un niño de 10 años.

Este thriller, drama carcelario o como se le quiera llamar, sólo puede salir de una mente tan pasada de vueltas como la de Mel Gibson. Contribuyen en esta locura de libreto Adrian Grunberg y Stacy Perskie. Pobres diablos. Ópera prima de Adrian Grunberg, que aunque no suene al gran público, tiene una dilatada experiencia como ayudante de dirección de una larga lista de películas como “Amores perros” (2000), “Traffic” (2000), “Daño colateral” (2002) y “Hombre en llamas” (2004), “Apocalypto” (2006), “Edge of Darkness” (2010), “Wall Street 2” (2010), entre otras. Intenta bajo su dirección que la película llegue a buen puerto, cosa que pongo en duda por la sencilla razón de que es tan excesiva y degenerada que no te la puedes tomar en serio. Las escenas de acción tienen algo de Robert Rodríguez, que le dan un cierto aire de cómic al estilo "Machete". Si la idea era hacer una comedia de acción ágil, imaginativa y gamberra, bien, pero si no es el caso, sería puro esperpento. Me decanto por la primera opción.


La recreación de la vida en la "cárcel" o Pueblito, es lo más interesante del film porque se lo muestran al espectador casi como si fuese un documental. Refleja el ambiente carcelario en Méjico tal y como es, sin artificios. Es lo que el gobierno no quiere que se vea de puertas para afuera, dicho por los propios espectadores mejicanos. Un acierto total coger a lo mejorcito de los actores locales para interpretar la película y no americanos imitando a mejicanos. La película se aprovecha mejor en su versión original por el continuo ir y venir de diálogos en castellano e inglés. No tiene desperdicio la imitación de Clint Eastwood que hace Gibson.

Está claro que Mel Gibson se ha fabricado un papel a medida y se agradece poder disfrutar de su version más canalla y disparatada, salpicando humor negro por los cuatro costados. El origen de su personaje bien podría haberse sacado de “Edge of Darkness”. Como detalle, sorprende escuchar la música de Pablo Lezcano (líder del grupo de cumbia Damas Gratis) y la voz de Vicentico (canción “Padre Nuestro”) en una película americana. Get the Gringo no ofrece nada nuevo, pero tampoco engaña a nadie. Se nota que que Mel domina el negocio del cine de principio a fin y que tiene una habilidad innata para el entretenimiento. Vida personal aparte.

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