The Walking dead Temporada 4: "30 days without an accident"


Accidente. Sutil forma para cristalizar la imagen en la retina del dolor y sufrimiento de quien sufre el fatal desenlace, fruto de una cruel realidad desatada por el apocalipsis. El objetivo es tratar de aparentar la normalidad, aunque sea una quimera. 30 días sin "accidentes". No suena nada mal.

Con este sugerente título vuelve la cuarta temporada de "The Walking Dead", esperada como agua de Mayo para una legión de fans cada vez más numerosa. Sutilmente la serie se ha ido destetando del comic y ahora parece que se atreve a dar de verdad sus primeros pasos en solitario. No creo que abandonen totalmente el mundo de las viñetas creadas por Kirkman y como buen hijo, volverá de vez en cuando a visitar las líneas maestras del hilo argumental original.


Empieza con fuerza la temporada con el propósito de dar más dinamismo a la serie. Hay un grupo mayor de supervivientes y eso significa más posibles historias, mayor complejidad para desarrolarlas ofreciendo múltiples posibilidades y por supuesto más carnaza para el hambriento caminante. Empieza a ser muy importante el aspecto psicológico de los supervivientes, lo que en mi opinión determinará quien vive o quien se va al infierno.


Rick sigue siendo el eje central de la trama. Ha vuelto a sus cabales y se hace raro verlo en modo granjero con filosofía zen anti armas de fuego. Bueno, es el proceso de adaptación necesario después de sufrir lo indecible. Tanto la mente como el alma tienen un límite, un punto de no retorno, y ya ha sufrido bastante el pobre diablo. Le guste o no, su sino es el de ejercer de lider de su grupo hacia un futuro incierto, y ya se va dando cuenta de que su estancia en la prisión tiene fecha de caducidad.

Tiene buena pinta la cosa. Quitando el bajón de la segunda temporada la trama ha ido "in crescendo" hasta el día de hoy.  Esperemos que la cosa siga en esta línea y ya veremos como acaba.

Ángel Castillo Marcos | twitter:@acastillomarcos

Comentarios