Review serie “Getting on” – humor negro en el geriátrico

“Getting on” es un remake lanzado en 2013 de la serie británica con el mismo nombre. Se emite en la cadena HBO, lo que ya de por si da unas garantías de calidad. Creada por Jo Brand, Vicki Pepperdine y Joanna Scanlan, la trama gira en torno al geriátrico de un hospital en el que siguen a enfermeras, medicos y demás personal sanitario mientras ejercen su trabajo. Ante la evidente realidad del día a día, el humor negro campa a sus anchas por las instalaciones dejando al espectador con la boca abierta ante la verborrea del personal. Realmente da qué pensar en si se podría calificar esta serie de comedia, aunque mejor os lo dejo a vosotros para que me digáis vuestra opinión en los comentarios.

Los personajes están muy bien trabajados y definidos. En pocos minutos ya sabes de qué va cada uno y eres capaz de captar su personalidad. Las enfermeras Dawn Forchette (Alex Borstein, conocida por ponerle voz a Lois Griffin en “Padre de familia”) y Didi Ortley (Niecy Nash) son testigo casi a modo de falso documental de la idas y venidas de médicos que las miran por encima del hombro y por supuesto, que no quieren ni por asomo, perder su tiempo en la zona de geriatría. Por una serie de hechos desafortunados, la Dra. Jenna James, interpretada por Laurie Metcalf (“la tieta Jackie” de “Roseanne”), acaba siendo asignada de forma permanente a esa zona del hospital.


El guión, es de lejos lo mejor de la serie. Los diálogos de los personajes son mordaces al máximo y ninguno da “puntada sin hilo”. No es que se le pueda considerar un humor inteligente, pero por lo menos, no es el típico de “risas enlatadas” en el que sientes que todos se rién menos tú. Se podría calificar como humor impactante, políticamente incorrecto o humor negro. En mi caso, hay veces que no me podía ni reír con lo que estaba viendo, porque estaba tan alucinado de lo que estaban haciendo y diciendo los personajes, que me sentía mal por lo que estaba sucediendo, e incluso a ratos, abochornado. Creo que era el efecto que querían conseguir los creadores, y si es así, lo han hecho a la perfección. Tras ver el primer episodio, me quedé con un regusto de sensaciones tan extrañas que me planteé seriamente no ver más episodios. Lo que ocurre, es que no me gusta juzgar una serie, si lo puedo evitar, sólo por el piloto, así que una de mis “normas” es ver por lo menos los tres primeros episodios para emitir un juicio. En base a eso, ya puedo determinar con bastante seguridad y sigo con la serie o la abandono.

Una vez que te acostumbras al tono que imprime “Getting on” a sus diálogos y te vas familiarizando con los protagonistas, ya empiezas a disfrutar más de la trama. Tras el asombro inicial con cara de WTF permanente tras el perturbador y escatológico inicio del piloto, ahora incluso me pude permitir reír a carcajada abierta, sobre todo con la Dra. James. ¡Qué gran personaje! o mejor dicho…¡qué brillante interpretación de Laurie Metcalf! Es sin duda la doctora mentalmente más inestable y egocéntrica que recuerdo en años. Me encanta. Es sin duda el personaje que ha inclinado la balanza para que continuara con “Getting on”. Por otro lado tenemos a Dawn Forchette, que quiere dar la impresión de que es una enfermera entregada y profesional, pero luego la ves reclamando más testosterona en el ala de geriatría como solución a sus problemas o comiendo la tarta de cumpleaños de una anciana recién fallecida. Por último está Didi Ortley. La serie comienza con el primer día de trabajo de Didi, y la pobre, alucina en colores con lo que pasa en el hospital. Casi se puede decir que es la voz de la cordura en esta casa de locos. Por supuesto, no me puedo olvidar de los pacientes. Por favor, estad atentos a las caras que ponen y como se comportan, sobre todo la vagabunda camboyana. No tiene desperdicio. En líneas generales es una serie diferente que aprovecha muy bien los recursos de los que dispone para poner a prueba al espectador con su lenguaje irreverente. Recomendada. Le doy un 6,5/10.

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